Contra uno mismo, contra los demas. Dejandose llevar, poniendo resistencia. Creando nuevos sabotages, argumentando su existencia o negando su realidad, despejando variantes para encontrar absolutas constantes que no dejan de parecer confusas sin esa gracia absoluta que indagamos con el pensamiento. La vida parece no tener tregua, pero cuando aparece, cuando ese destello de aceptabilidad y conexion se nos hace existente y disfrutable hacemos una disertacion de si es justa o no, valorada o no, apropiada, aprovechable, viable...cualquier adjetivo y descripcion es valido para distinguir esa tregua en la que jugamos, porque al cuestionarla la hacemos fugaz y complejizamos lo que aparentemente y/o concientemente llamamos simple o facil o seguro, como si la fuerza de la razon y la pertinencia por mas solidas que fueran, pertenecieran a ese azar necesario para concretarlas, pero aun asi, eso las hace blandas y moldeables. La experiencia ensena a sentir y controlar esa inercia y esas explosiones de azar que se despiertan en uno, el coraje y la valentia, el arrojo y la temeridad tal vez no se aprendan, pero la confianza, el esfuerzo y el ejercicio de la conciencia hagan algo parecido y muy aproximado a la version perfecta de si mismo y de la conexion de lo demas (naturaleza, los demas, la verdad, el nirvana)
siempre explotamos y lo recordamos. no lo decimos, nos bordamos y cubrimos las deficiencias y ensillamos una idea y nos metemos en ella y revisamos cada rincon del mapa de la diversidad humana para negarla o apremiarla y hacer de esa aventura lo mas real o escondida que se pueda. De todas formas sigue siendo una aventura.
Las Palabras Contadas..
Hace 13 años
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